Las Termas Romanas
Influidos por los griegos, los romanos construyeron sus termas en manantiales minerales y termales. Utilizaban los balnearios para la recuperación de los soldados heridos, pero también como centros de descanso y recreación. Evolución de los SPAS
Los baños romanos tenían sobre todo una función higiénica. Sabemos que los hogares de la gente durante aquel período eran bastante insalubres, sin agua corriente ni retretes. Los balnearios por contra eran espacios amplios y aireados, limpios y llenos de luz, donde el agua fluía con profusión.
Los romanos desarrollaron rituales para llevar al bañista a una temperatura cada vez mayor:
Los baños romanos tenían una sala fría (frigidarium), una sala templada (tepidarium), una sala caliente (caldarium) y la piscina, que recibía el calor a través de la comunicación con un horno (praefurnium), desde el que circulaba el aire caliente bajo los pavimentos y por las paredes mediante las cámaras de aire.
Además tenían salas reservadas para hacer actividades gimnásticas y lúdicas. Los baños romanos jugaron un papel importante en la antigua cultura y sociedad romana.
Importancia de las Termas
La importancia del agua era capital para el desarrollo social y económico en la Antigua Roma, no solamente estaba relegada a los soldados, sino era extendida a todos los ciudadanos, si un romano recibía a un huésped, lo más educado era ofrecerle un criado que le llevara de camino a las termas más cercanas, para que pudiera reponerse del viaje.
Con la caída del Imperio Romano, el uso de las termas desapareció. Las ciudades de la Europa medieval y moderna no conocieron nada de eso, y también por eso las condiciones higiénicas de sus habitantes fueron muy inferiores a las de la época romana, y las epidemias más extendidas. Evolución de los SPAS
Los baños romanos, en cambio, sobrevivieron en otras zonas y en otras culturas. De hecho, de ellos deriva el llamado «baño turco», que se convirtió en un elemento característico del mundo islámico.
De las Termas Romanas al Baño Turco o Hammam
Los árabes encantados por la abundancia de agua y los placeres del baño, siguieron el ejemplo de las termas romanas de África y Oriente manteniendo el encanto de aquellos lugares.
Con la llegada del Hammam, se invirtió el orden de temperatura en las estancias. De hecho, el camino típico del hammam es un circuito que consta de 3 salas, que a diferencia de los baños romanos van de las más cálidas a las más frescas.
Las tres diferentes zonas son:
- Camekan, una especie de vestíbulo, en el que nos desnudamos y nos cubrimos con una sábana
- Sogukluk, una sala de transición que permite aclimatarse
- Hararet, el verdadero centro del hammam, la sala caliente y llena de vapor en la que relajarse, con grandes bancos para descansar y fuentes de agua para refrescarse
En el hammam se celebraban importantes ceremonias, como la que precedía a la boda, y todavía hoy es el lugar elegido por las mujeres para recrear sus rituales higiénicos, estéticos, terapéuticos pero por encima de todo, sociales.
Los hammams son lugares muy limpios, prueba de ello es que en la antigüedad se estableció la figura de un inspector destinado específicamente a controlar la limpieza y la calidad del agua.
Los SPAS en la actualidad
En 1940 se comenzaron a crear bañeras de hidromasaje, con el tiempo, se inventaron las bombas de hidroterapia, y más adelante, en los años 70, nacieron los jacuzzis de fibra de vidrio, que fueron sustituidos por los de acrílico fundido.
Hoy en día, con el avance de la tecnología, los jacuzzis y los spas han evolucionado en gran manera. Con numerosos chorros, iluminación LED, cascadas incorporadas, control de temperatura, eficiencia energética, y mucho más, la industria de piscinas y spas en casa se ha convertido en una maravillosa invención.
Los SPAS públicos ofrecen a la gente la oportunidad de tomarse unas horas de verdadera paz y relajación, imprescindibles para afrontar el frenético ritmo de la vida cotidiana actual. Desgraciadamente, a diferencia de las termas romanas, éstos son de pago (y no demasiado baratos), pero …
Como respuesta a las necesidades de muchos de nosotros ahora tienes la posibilidad de tener un jacuzzi en tu propio jardín y disfrutar de los beneficios medicinales que te proporciona como el alivio de dolores musculares, el estrés, combatir el insomnio…
Crea tu zona termal personal…
Ahora tener tu propio rincón termal ya no es un sueño. De hecho, no tienes ni siquiera que tener un baño del tamaño del salón para instalarlo, ya que cada vez son más los usuarios que se están declinando por los jacuzzis inflables, y es que cuentan con un montón de beneficios, entre ellos:
- Su portabilidad, ya que podrás llevarlo a cualquier sitio contigo
- Su fácil instalación (en 10 minutos estará montado)
- Es considerablemente más económico
Evolución de los SPAS