Las poblaciones más antiguas, como los egipcios, los fenicios, los hebreos y los israelitas, tenían la costumbre de sumergirse en agua fría y caliente. Es más, los baños y abluciones estaban prescritos por las leyes religiosas en las culturas orientales. Los baños griegos
En Italia, los etruscos gracias a vivir en una zona rica en manantiales, fueron de los primeros en utilizar el agua con fines curativos. Un poco para limpiarse, un poco para mantenerse sanos.
Dotaron a los manantiales de instalaciones termales, aunque nunca alcanzaron la perfección arquitectónica y el esplendor de los romanos.
Los griegos
Los griegos, atraídos por los extraños fenómenos de las aguas termales, intentaron clasificarlas y estudiar sus propiedades y efectos sobre el hombre.
Hipócrates y el agua
Hipócrates, el médico más célebre de la antigüedad, dedicó un amplio tratado de propiedades terapéuticas del agua termal. Analizó sus características químicas y describió los problemas higiénicos del uso de los baños en diversas enfermedades.
Ya en el siglo V a.C. se conocían las propiedades beneficiosas de los manantiales sulfurosos, especialmente para curar enfermedades de la piel y aliviar los dolores musculares y articulares.
Hipócrates propuso la hipótesis de que la causa de todas las enfermedades residía en un desequilibrio de los fluidos corporales. Para recuperar el equilibrio se aconsejaba un cambio de hábitos y de ambiente, que incluía baños, transpiración, paseos y masajes. Los baños se combinaban a menudo con la gimnasia y la educación, precursores del gimnasio.
Termas y Baños Griegos
Tras las dificultades de la batalla o de los largos viajes, los héroes agradecían el frescor o el bienestar de un largo baño reparador. Los primeros baños griegos se construyeron cerca de fuentes termales naturales o volcanes, y se remontan al año 500 a.C.
Las ciudades griegas contaban con baños privados y públicos, a los que acudían vagabundos y buscadores de placer que pasaban allí días enteros. Las instalaciones eran muy sencillas: consistían en una zona destinada a un baño caliente con un esclavo que vertía el agua y otra cámara para la unción y el masaje.
Arquitectura de los baños griegos
La mayoría de los baños antiguos eran estructuras sencillas construidas con ladrillos de barro, con un número limitado de ladrillos cocidos, piedra caliza y estuco.
La planta de los baños griegos muestra una simplicidad y un funcionalismo, ya sea para la limpieza práctica o para fines rituales, se caracteriza por unidades rectangulares o de forma irregular agrupadas en torno a una o varias cámaras circulares.
Desde el principio hasta los últimos años, los baños públicos griegos se configuraron sin una estricta sucesión de sus espacios. La compleja planta de los baños, basada en los inicios de la alternancia de temperaturas, constituye una invención y un desarrollo que pertenece al periodo romano.
Costumbres de los baños de la antigua Grecia
El baño era una práctica familiar para los griegos de ambos sexos desde los primeros tiempos, tanto en agua dulce como salada. Podían ser públicos o privados. Los primeros eran propiedad del Estado y los segundos eran construidos por particulares.
Forma de tomar los baños griegos
El baño caliente artificial se tomaba en un recipiente de madera o mármol, esta vasija no contenía agua, sino que sólo servía para que el bañista se sentara mientras se le vertía el agua caliente, que se calentaba en una gran caldera o trípode, bajo la cual se colocaba el fuego. Cuando se calentaba lo suficiente se sacaba en otros vasos y se vertía sobre la cabeza y los hombros de la persona que se sentaba en la vasija.
Las personas que se bañaban probablemente llevaban consigo estrigilos que eran elementos para frotar el cuerpo que solían ser de hierro. Después del baño, hombres y mujeres se ungían con aceite, para que la piel no quedara áspera y rugosa, especialmente después del agua caliente.
Temperatura del agua
Cuando se buscaba simplemente la limpieza, se adoptaba el baño frío, que se consideraba el más vigorizante para los nervios; pero después de un esfuerzo corporal violento o de la fatiga se utilizaba el agua caliente, para refrescar el cuerpo y relajar la sobretensión de los músculos.
